Entiendo si algunos candidatos se sienten frustrados por las pruebas psicológicas para conseguir empleo. Lo comprendo, aunque hemos ayudado a decenas de miles de personas a encontrar trabajo y le hemos dado una oportunidad a cientos que, de otro modo, no habrían sido contratados por falta de experiencia laboral. Lamentablemente, muchos candidatos siguen desempleados.
A quienes están desempleados, quiero enviarles un mensaje: sigan intentando, porque estas pruebas podrían ser la razón por la que consigan trabajo.
Voy a compartir varios ejemplos de personas específicas (¡con su consentimiento!) que contratamos sin tener experiencia previa, y que avanzaron rápidamente en sus carreras ¡solo gracias a las pruebas!
Si los test psicológicos sugieren que no eres el más indicado para un puesto, puede que en realidad seas el candidato perfecto para otro rol o trabajo. Por ejemplo, si las pruebas indican que no encajas bien en ventas, puede que muestren que eres ideal para contabilidad o administración.
Los test psicométricos no miden “qué tan loco está alguien”; lo que hacen es predecir qué tan proactivo, dinámico, sociable, responsable o resistente al estrés puede ser un candidato. Y como no me gusta hablar mucho sin dar ejemplos concretos, acá va el primer ejemplo:
Una joyita escondida
Oliver P. acompañó por accidente a su esposa a una sesión de test. Fue ella quien me contó que él era programador, pero que estaba trabajando como repartidor en una panadería.
Le pregunté si él tenía conocimientos específicos (por ejemplo, PHP), y ella asintió con seguridad. Entonces invité a Oliver a pasar a la sala de test y le pregunté por qué no estaba trabajando como programador. Me contó que llevaba un año y medio postulando a empresas de TI, ¡y que nadie lo había contratado! Nadie. Capaz que fue porque no andaba con una polera de Darth Vader o de Batman…
En ese tiempo (2015), Oliver estaba relativamente conforme con su trabajo mal pagado repartiendo pan, y mencionó que había generado una buena relación con su jefe, lo que hacía un poco complicado dejar ese “trabajo seguro”. Además, ese trabajo igual era mejor que el anterior, donde literalmente “cuidaba un bosque” en una van toda destartalada, a kilómetros de cualquier rastro de civilización.
Había renunciado a la programación. Cuando le pregunté si sabía PHP, asintió, aunque no con mucha confianza. A pesar de la mala primera impresión que dejó, le pasé los test, en los que tuvo un desempeño excepcional, ¡y decidí contratarlo!
Oliver demostró lo que valía en el trabajo, y al año siguiente (2016), se convirtió en dueño del 30% de Scouthem—¡SOLO GRACIAS A LOS TESTS!
Luego, junto con nuestros increíbles colegas—las psicólogas Amelia (¡especialmente Amelia!), Sophia, y ahora Peter, Charlotte, Thomas, Lucy y Mia—construimos un sistema, con mucho trabajo duro, diversión y entusiasmo, que ahora utilizan numerosas empresas.
También comenzamos a expandirnos con la marca Recruiter.hr en Italia, España, Chile, México, Serbia, Bosnia y Herzegovina, y Eslovenia. Con el tiempo, me di cuenta de que Oliver nunca afirma nada a menos que esté al menos 99% seguro, lo que es la razón por la cual dejó una mala impresión en las primeras reuniones. Juntos logramos un pequeño milagro, y recién nos enteramos de que los inversionistas nos están observando con interés.
